VIAJANDO

Partiendo el horizonte en dos, las vidas se separaban, yendo cada una hacia un destino incierto.

Fue un viaje en el que la soledad acompaño la vida y la mantuvo en el umbral de que la esperanza volviera a resurgir dentro de sus entrañas.

Una soledad, tan aislada como ella misma, dado que la soledad carece de plural y la compañía de singular.

Recorre calles sin rumbo, pero con destino, resurgiendo imágenes desconocidas hasta entonces, pero familiares a partir de hoy.

Sensaciones y emociones se ponían en fila, esperando su turno, para poder ver la luz, saliendo del ostracismo que las tenía prisioneras.

Embriagado por las sustancias naturales de la vida, las situaciones distorsionaban la realidad, creando una vida paralela, donde yacía el confort.

Faltan imágenes, que se borraron por la ansiedad de crear un recuerdo, que permaneciese en la retina de la memoria.

Cúmulo de vivencias interrumpidas por la escasez de un tiempo que uno no es dueño.

Resumen de un momento fugaz, pero donde la cicatriz permanece bajo un manto vida.